“la arquitectura tiene una segunda intención que siempre permanece latente: la idea de crear un paraíso. Es el único significado de nuestras obras. Si no lle-vásemos continuamente este ideal a cuestas, todos los edificios serían más simples, triviales, y la vida sería…, bueno, entonces no sería vida. Cada edificio, cada producto de arquitectura, es un símbolo de ésta y pretende demostrar que deseamos construir un paraíso terrenal para los hombres”. Alvar Aalto
La arquitectura, ante todo, tal y como explica nuestro querido maestro nórdico debe transcender sobre su propio propósito, no puede ser un simple ejercicio de construcción. La arquitectura debe, fundamentalmente, solucionar y mejorar la ciudad en la que se ve inserta, la ciudad en la que colabora a crear una realidad mejor.
Nuestro ejercicio pretende superar la barrera de un arquitectura puramente resolutiva, aún entendiendo esto como una cualidad positiva en el mismo. Nuestro ejercicio, ante todo, quiere ser un nuevo catalizador de las energías que Logroño y su teatro tienen. Una nueva calle para la ciudad. Nuestra propuesta quiere ser arquitectura relacional donde pasado, presente y futuro se tornen algo gratificante y gozoso, tal y como Juan Ramón Jiménez escribió.
La arquitectura imaginada, proyectada, trata de ser reflejo del espíritu de Logroño, de sus bellas calles con galerías de madera blanca, de su vida siempre intensa. Si bien un espíritu no puede, ni debe tener representación ya que perdería su magia. Por esto ̈dos calles, un teatro ̈ trata de ser sobretodo un provocador de acciones, un impulsor de energías, rechazando el proponerse como icono. El teatro Bretón de los Herreros y su magia ya lo son, no necesitan otro.
En teoría de la arquitectura muchos autores enuncian que el objeto de la arquitectura no es el hombre, son los actos del hombre. Es por tanto la arquitectura, la que sustenta, acoge, recibe pero también impulsa, sugiere, provoca, anima sus actos. La buena arquitectura no solo es la que es capaz de acogerlos sino la que gracias a ella hace que el hombre imagine nuevos usos, nuevas acciones que antes de habitarla ni siquiera había imaginado. Esta es la intención, ser impulsor del espíritu de la ciudad, animar a que siga desarrollándose con mayor potencia si cabe. Esta nueva ampliación abrirá nuevos caminos ofreciendo una arquitectura por Logroño, con Logroño y para Logroño.