El encargo plantea una vivienda para una nueva familia con alejo en camino. Esta se ubicará en un barrio privado en las afueras de Santa Fe. Es la casa donde alejo crecerá y dará sus primeros pasos.
Un terreno de pequeñas dimensiones, los retiros exigidos y la decisión de desarrollar la vivienda en planta baja exigen concentrar la construcción al centro para liberar los bordes.
Nuevamente el ladrillo es la ley que ordena el conjunto. Un cuadrado perfecto de 52 ladrillos x 52 ladrillos, 14 x 14 metros, de une el perímetro y ordena los muros internos.
Esta masa plástica se moldea y se horada para de unir el espacio habitado e insertar la luz en. En este caso el ladrillo se trabaja con la junta al ras, potenciando la plasticidad de su masa. La junta se realiza con mortero de cal, como las casas del campo argentino, previo al uso del cemento de albañilería.
La casa plantea el recorrido y la sorpresa de un modo natural. La masa ladrillera esconde un gran salón, mitad interior mitad exterior, que se abre hacia el patio posterior y los árboles existentes.
El salón se intuye desde el exterior al aparecer como un volumen de mayor tamaño, pero se descubre luego de pasar un umbral.Luego discurriendo hacia la intimidad de la casa nos encontramos con diferentes lucernarios y patios internos que nos plantean distintas atmósferas.
Estos patios ubicados en ambas esquinas de los dormitorios, buscan el sol del amanecer y plantean la expansión de estos como pequeños jardines aromáticos internos, evitando la exposición al vecindario.