#C

2018 #casa para Bruno

MEMORIA

/MEMORY

Bruno es hogar.

Es complejo y es esencia. La robustez del compromiso y la fragilidad por conocer. El frío de la piedra y calor al que abrazar.

Comenzamos el proyecto como algo puramente humano. Como una promesa de sinceridad y un voto inquebrantable. El hogar entendido como el lugar donde el corazón se instala, donde lo construido es lo vivido, donde aquello que existe, permanece. Donde los nuevos recuerdos no fragmentan el pasado, sino que conforman un tejido capaz de fortalecer su historia.

Por tanto, nuestro primer trabajo fue la arqueología. Hallamos en la preexistencia un libro abierto: una composición tripartita en la que un oscuro corredor central abría paso a las distintas estancias –una habitación y un salón a un flanco, hacia la avenida Solidaridad; y dos habitaciones, un baño y la cocina al otro, hacia un mágico patio de manzana-, todas ellas conformando unidades aisladas conectadas puntualmente al pasillo central. En este dibujo descubrimos también la potencia expresiva de los elementos portantes, mostrados como pórticos de hormigón artesanalmente encofrados y dispuestos en la dirección de las tres franjas mencionadas.

Todo ello recurrió de forma inevitable a la esencia del “tres”. A Bruno. A la pareja que cobra sentido en el momento en que su mundo es construido por una columna vertebral. A todas aquellas estancias, preexistentes aunque hasta ahora dispersas, que adquieren unidad gracias a la aparición de un “cofre” convertido en centro indiscutible de su mundo.

Este “cofre”, materializado en madera bruna, redefine y articula los espacios conformando una gran línea construida, comprimida, y que contiene los elementos servidores de la casa: armarios, baños y, en su culminación, la cocina, la cual supone un diafragma blanco capaz de anticipar la aparición del gran estar.

Como promesa de sinceridad, la relación con lo original no solo atiende al programa sino a la estructura: los dos pórticos de hormigón se despojan y aparecen como dos grandes umbrales capaces de guiarnos a través de la secuencia de espacios. A su vez, los espacios servidos se adhieren al perímetro del cofre central y adoptan un carácter luminoso, diáfano, a través de un lacado blanco que potencia el poder de la luz urbana y la compleja magia del patio de manzana, respectivamente.

Vivir esta casa consiste, así pues, en descubrir su historia previa y dotarla de un futuro. Consiste en construir una serie de relaciones capaces de dar significado a aquellos fragmentos tan valiosos que conformaban su estado original.

Bruno is home.

It is complex and it is essence. The robustness of commitment and the fragility to know. The cold of the stone and warmth to hug.

We started the project as something purely human. As a promise of sincerity and an unbreakable vote. The home understood as the place where the heart settles, where what is built is what is lived, where what exists, remains. Where new memories do not fragment the past, but rather form a fabric capable of strengthening its history.

Therefore, our first job was archaeology. We found in the pre-existence an open book: a tripartite composition in which a dark central corridor opened the way to the different rooms – a bedroom and a living room on one side, towards Solidaridad Avenue; and two bedrooms, a bathroom and the kitchen on the other, facing a magical block patio, all of them forming isolated units connected punctually to the central hallway. In this drawing we also discover the expressive power of the load-bearing elements, shown as concrete frames handcrafted in formwork and arranged in the direction of the three mentioned stripes.

All of this inevitably resorted to the essence of “three”. To Bruno. To the couple that makes sense at the moment when their world is built by a backbone. To all those rooms, pre-existing although until now dispersed, that acquire unity thanks to the appearance of a “chest” that has become the indisputable center of their world.

This “chest”, materialized in brown wood, redefines and articulates the spaces, forming a large constructed line, compressed, and containing the elements that serve the house: closets, bathrooms and, at its culmination, the kitchen, which represents a diaphragm. white capable of anticipating the appearance of the great being.

As a promise of sincerity, the relationship with the original not only addresses the program but also the structure: the two concrete porticos are stripped and appear as two large thresholds capable of guiding us through the sequence of spaces. In turn, the spaces served adhere to the perimeter of the central chest and adopt a luminous, diaphanous character, through a white lacquer that enhances the power of urban light and the complex magic of the block courtyard, respectively.

Living this house consists, therefore, of discovering its previous history and providing it with a future. It consists of building a series of relationships capable of giving meaning to those valuable fragments that made up their original state.

Scroll al inicio