Comenzamos este proyecto con una sencilla investigación. Nos aventuramos a explorar en la memoria construida de la cliente, y en los elementos de la propia vivienda que son interesantes a la hora de ampliar la percepción de este espacio.
Luisa tenía en su casa cerámicas de barro cocido, las cuales recuperamos, cortamos y transformamos. Luisa tenía todas las habitaciones pintadas en colores tierra, unos intensos tonos arcillosos. En definitiva, Luisa anhelaba una casa de tierra, una casa de arcilla.
A su vez, la vivienda tenía dos elementos a ser investigados. El primero de ellos fue la ubicación de ésta en esquina, lo cual propiciaba la aparición de muchos huecos al exterior, que ahora estaban desaprovechados. En segundo lugar, la casa tenía una terraza en completo desuso, y se recupero como un elemento vital a la hora de acometer esta transformación.
Una vez habíamos comprendido la vivienda, los elementos que la constituían y la memoria de Luisa; el programa de necesidades se revelaba muy sencillo. Salón-comedor- biblioteca, una cocina, una habitación, un vestidor, un baño, un lugar de lectura y un espacio con un lavabo debían ser resueltos. Conocidas todas las premisas y condicionantes, la nueva vivienda en arcilla se apoya en un esquema de baño al centro y circulación perimetral. Esta caja y el trasdosado de la vivienda, se construyen en termoarcilla, el borde se pinta en blanco, la caja al centro se deja expuesta, organizando y permitiendo el máximo uso de la luz en la vivienda. La cerámica aquí no se corta, ni se rompe, la cerámica aquí no se apareja [ya que no carga], la cerámica aquí construye una suerte de memoria para Luisa.
A su vez, una segunda capa, una serie de muebles en tablero contrachapado de haya configuran los límites de cada espacio. El suelo utiliza denso mármol negro, porosa piedra de campaspero y vivo barro cocido. El baño, esta construido en mortero de cal y piedra de campaspero tratada, no es un baño, es el espacio del baño.
La casa se construye a partir de la memoria de Luisa. La casa es para Luisa.
La nueva casa, permite un uso continuado de su perímetro, dejando una circulación continua que ofrece una suerte de accesibilidad universal así como una mejor y más eficiente uso de todas las estancias. El ejercicio, gracias a la utilización de mobiliario como parte de su naturaleza divisoria de estancias, aporta una solución de transformación tipológica futura donde cada una de las estancias podría ser un nuevo espacio.
Por último el proyecto, tal y como se ha apuntado, se ejecuta con bloque de termoarcilla de cerámicas Sampedro, aislamiento térmico mediante corcho, tablero de madera contrachapada de garnika plywood, cerámica de barro manual de Alberite recuperada de la propia vivienda, mármol de Marquina y piedra de campaspero. Todos los materiales de la obra se encuentran en un radio máximo de 70 kilómetros produciendo, de esta forma, un mínimo consumo de energía en su transporte y ejecución. La casa para Luisa se ejecuta con una arquitectura de cercanía, la cual quiere producir riqueza en la región y generar una economía circular que refuerce el conjunto de la propia obra y la memoria de nuestra cliente.