A T E L I E R A T L A N T I C O
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Stellarium Ávila

 2023 #NGC1232

MEMORIA

/MEMORY

En nuestra visita al lugar, lo primero que comprendimos fue la voluntad del mismo por narrar su­ historía geográfica, por describir la voluntad de sus propios límites. El Puerto del Pico, se estable­ce como paso físico entre las submesetas norte y sur, localizándose en la zona central del sistema que lleva este mismo nombre. Ahí, donde emerge el Macizo de Gredos con una gran virulencia, dos grandes picos flanquean este espacio físico que fue ruta de comercio entre Santiago de Com­postela y Sevilla. El pico del Torozo y de la Fría emergen a su paso generando un valle donde se recogen las aguas provenientes de sus propios manantíos haciendo de las escorrentías naturales que cabalgan camino abajo, la voluntad del propio paseante.

En este discurrir, se puede hacer visible la mano del hombre, puesto que la antropización del territorio se nota en sus diversos castros, así como en la construcción de muros de esquistos para realizar los límites físicos entre porciones de territorio. Esta lectura, nos explica la compacidad y concentración de sus construcciones o refugios, así como la búsqueda de los luga­res mágicos en cada porción de campo, aquellos que nos narran la voluntad de un lugar. Se trata por tanto de hacer evidente aquello que ahí está, de descubrir las energías internas para configurar una arquitectura verdaderamente ociosa y espiritual.

Al entrar en el lugar, rápidamente nos inunda el agua los sentidos, el brotar y descender de la misma, nos indica las escorrentías naturales y sendas de pendiente máxima, las cuales nos ayu­dan a localizar los diversos hitos de este emplazamiento. Tras pasar el primer arroyo, y llegar a los límites del pequeño tumulto, encontramos una senda nada más comenzar a girar en el mismo, la cual intenta circundarlo buscando las líneas de pendiente más cómodas, los caminos más inteli­gentes. En esa ascensión, a través de la densa vegetación atlántica, descubrimos que una porción de territorio que parece que siempre estuvo habitada, que siempre quiso estar rodeada. De este espacio físico, alrededor del pequeño grupo de piedras, entendimos que se debía construir una serie de estratos pétreos que cercasen la propia magia del lugar, su Genius loci. Un espacio latente que llevaba construido mucho tiempo, al cual ascender a contemplar las estrellas.

During our visit to the place, the first thing we understood was its desire to narrate its geographical history, to describe the desire of its own limits. The Puerto del Pico is established as a physical passage between the northern and southern subplateaus, located in the central area of the system that bears the same name. There, where the Macizo de Gredos emerges with great virulence, two large peaks flank this physical space that was a trade route between Santiago de Compostela and Seville. The Pico del Torozo and de la Fría emerge in its path, generating a valley where the waters from its own springs are collected, making the natural runoff that rides down the path, the will of the walker himself.

In this course, the hand of man can be made visible, since the anthropization of the territory is noticeable in its various forts, as well as in the construction of shale walls to create the physical boundaries between portions of the territory. This reading explains to us the compactness and concentration of its buildings or shelters, as well as the search for magical places in each portion of the field, those that tell us the will of a place. It is therefore a matter of making evident what is there, of discovering the internal energies to configure a truly leisurely and spiritual architecture.

Upon entering the place, the water quickly floods our senses, its gushing and descending indicates the natural runoff and paths of maximum slope, which help us locate the various landmarks of this location. After passing the first stream, and reaching the limits of the small tumult, we find a path as soon as we begin to turn in it, which tries to go around it, looking for the most comfortable slope lines, the most intelligent paths. In that ascent, through the dense Atlantic vegetation, we discovered a portion of territory that seems to have always been inhabited, that always wanted to be surrounded. From this physical space, around the small group of stones, we understood that a series of stone strata should be built that would enclose the magic of the place itself, its Genius loci. A latent space that had been built for a long time, to which to ascend to contemplate the stars.

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