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2022 #patio para Elena

MEMORIA

/MEMORY

Ubicada en Bañares, La Rioja, el patio para Elena responde a la necesidad de crear un espacio indeterminado que ahonda en lo profundo de las transformaciones tipológicas sufridas tras la pandemia. Este nuevo lugar, se confirma como umbral constante entre interior y exterior. Una suerte de Perystilum que explora la tipología de casa patio castiza, extrayendo de la memoria construida del emplazamiento una serie de pautas relacionales que ayudan a configurar un paraíso interior.

El ejercicio reconoce, en primer lugar, las condiciones físicas de la parcela en la cual se ve inserto. Este nuevo espacio se ubica en el borde interior del casco urbano consolidado de la población y, por tanto, debe hacer una arquitectura que construya límite y muro. Con esta premisa recordamos las intenciones primeras de la cliente, la cual soñaba con un paraíso interior arraigado a la memoria de su pueblo y la bodega de su abuelo.

Estos condicionantes unidos a las características físicas del lugar, nos ofrecieron una serie de operaciones a realizar. La primera de las estrategias fue la de consolidar el borde y vaciar el centro. Este espacio sustraído de la masa total de la parcela responde a la proyección y geometría de la construcción existente heredada de su propia familia, la bodega del abuelo Julián. De igual forma, debido a la geometría irregular de la parcela, se decide que el vacío será regular, estableciendo una jerarquía y orden en los elementos estructurales que configurarán el centro de ese patio. En ultimo lugar, la propia topografía del paraje de las ̈suertes ̈ hace que el ejercicio tenga una escala dual, estableciéndose como una construcción de escala amable al exterior, y duplicando su espacio al vivir el interior.

Decididas las primeras acciones, la siguiente de las estrategias vinculará cielo y tierra. Se proponen dos operaciones constructivas complementarias. Un muro grávido que pertenece a un tipo estereotómico y pesado que emerge de la tierra, y una cubierta y estructura liviana de madera, que flota sobre los pies derechos de hormigón.

La nueva arquitectura, se propone por medio de muros de carga que consolidan el programa en el borde exterior. Al Norte, se encuentra el acceso, al cual se llega descendiendo una fuerte pendiente que presenta el abocinado hueco, vinculando Ermita, Iglesia y patio. En este mismo muro, pero orientados al Sur, dos espacios protegidos climáticamente se encargan de dar cobijo en su interior. El baño, la cocina y resto de usos complementarios consolidan la construcción en el límite Oeste, configurando una arquitectura ensimismada que observa a través de dos huecos el paisaje hortelano exterior. Al este, la construcción existente, la bodega, se conecta con el nuevo espacio, ejecutando una escalinata y rasgando un único hueco para vincular interior y paraíso. Sobre esta construcción se realizan una serie de operaciones de recuperación; se repara el cerramiento aplicando mortero de cal enfoscado y talochado sin maestrear, además de una nueva chapa minionda que evita la entrada de aguas y dota de un sentido escalar al conjunto.

El nuevo espacio, se construye mirando sobre la memoria material y tipológica de su pasado. Para esto, se utiliza un mortero de cal mezclado con polvo de arenisca de La Rioja, lo cual ofrece su singular color tabaco tostado. El mortero se aplica con dos técnicas, la primera de ellas pasa la talocha a favor de la cal. Por lo que el material pétreo queda por debajo, mostrándose ̈la cara buena ̈ del mortero, que recuerda a los propios sillares de los entrepaños en la arquitectura tradicional riojana. La segunda de las técnicas realizadas opera a la contra. De esta forma, se consigue que el polvo de arenisca se pose encima, consolidando una apariencia tosca que rememora las caras viejas de los sillares que construyen huecos y zócalos.

La estructura, carpinterías y armarios, se ejecutan, en su totalidad, con madera de pino radiata del País Vasco. De igual forma, la piedra caliza que conforma las encimeras del perímetro o las lajas de piedra del solado es proveniente de la propia Rioja, por lo que se emplean todos los materiales que tiene nuestro contexto a su alcance.

El patio para Elena aspira a construir una arquitectura que configure una suerte de memoria física del emplazamiento. Una arquitectura que, utilizando la sombra como recurso, configure un espacio tipológica y materialmente inesperado para Bañares.

Located in Bañares, La Rioja, the patio for Elena answers to the need of creating an indeterminate space that delves into the depths of the typological transformations suffered after the COVID-19. This new place is confirmed as a constant threshold between interior and exterior. A sort of Perystilum that explores the typology of the traditional patio house in the country, extracting from the built memory of the site a series of relational guidelines that help to configure an interior paradise.

The exercise recognizes, first of all, the physical conditions of the plot in which it is inserted. This new space is located on the inner edge of the consolidated urban area of ​​the population and, therefore, must create an architecture that builds a limit and a wall. With this premise we remember the client’s first intentions, who dreamed of an interior paradise rooted in the memory of her village and her grandfather’s grocery.

These conditions, together with the physical characteristics of the place, offered us a series of operations to carry out. The first of the strategies was to consolidate the edge and to clarify the center. This space subtracted from the total mass of the plot responds to the projection and geometry of the existing construction inherited from his own family, grandfather Julián’s winery. Likewise, due to the irregular geometry of the plot, it is decided that the void will be regular, establishing a hierarchy and order in the structural elements that will configure the center of that patio. Lastly, the remarked topography of  “las suertes” area makes the exercise have a dual scale, establishing itself as a construction with a friendly scale to the outside, and doubling its space when experiencing the interior.

Once the first actions have been decided, the next of the strategies will link heaven and earth. Two complementary construction operations are proposed. A gravid wall that belongs to a stereotomic and heavy type that emerges from the earth, and a light wooden structure, floating on the concrete columns.

The new architecture is proposed through load-bearing walls that consolidate the program on the outer edge. On the north the access is placed, which is reached by descending a steep slope that has a flared hollow, linking the Hermitage, Church and patio. On this same wall, but facing South, two climate-protected spaces are responsible for providing shelter inside. The bathroom, kitchen and other complementary uses consolidate the construction on the western limit, configuring a self-absorbed architecture that observes the exterior garden landscape through two openings. To the east, the existing construction, the grocery, connects with the new space, executing a staircase and opening a single opening to link interior and paradise. A series of recovery operations are carried out on this construction; The enclosure is repaired by applying rendered lime mortar and troweled without mastering, in addition to a new mini-wave sheet that prevents the entry of water and provides a scalar sense to the whole.

The new space is built looking at the material and typological memory of its past. For this, a lime mortar mixed with sandstone powder from La Rioja is used, which offers its unique toasted tobacco color. The mortar is applied with two techniques, the first of which passes the trowel in favor of the lime. Therefore, the stone material remains underneath, showing “the good face” of the mortar, which is reminiscent of the the windows ashlars in traditional La Rioja and Castilla architecture. The second of the techniques carried out operates in the opposite direction. In this way, the sandstone dust settles on top, consolidating a rough appearance that recalls the old faces of the ashlars that build holes and sockets.

The structure, carpentry and cabinets are made entirely of ¨pino radiata¨ wood from the Basque Country. Likewise, the limestone that makes up the perimeter countertops or the stone slabs of the flooring comes from La Rioja itself, so all the materials that our context has at its disposal are used.

The patio for Elena aspires to build an architecture that configures a kind of physical memory of the location. An architecture that, using shadow as a resource, configures a typological and materially unexpected space for Bañares.

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