Nuestro ejercicio pretende superar la barrera de un arquitectura puramente resolutiva, aún entendiendo esto como una cualidad positiva en el mismo. Nuestro ejercicio, ante todo, quiere ser un espacio público que extienda bajo sus entrañas las diversas ciudades que en Cártama se encuentran superpuestas. Nuestra propuesta quiere ser arquitectura relacional donde pasado, presente y futuro se tornen algo gratificante y gozoso, tal y como Juan Ramón Jiménez escribió.
La arquitectura imaginada, proyectada, trata de ser reflejo del espíritu de Cártama, de su construcción por estratos y alegre arquitectura blanca, de su vida siempre intensa. Si bien un espíritu no puede, ni debe tener representación ya que perdería su magia. Por esto, ¨la plaza y los templos ¨ trata de ser sobretodo un provocador de acciones, un impulsor de energías, rechazando el proponerse como icono de Cártama y su magia. Sus vestigios, historia construida y diversas capas superpuestas lo son.
La propuesta plantea la convivencia y la posible construcción en fases de este proyecto. Para ello, se asume que la arquitectura plant- eada puede ahderirse a las construcciones existentes, absorviendo la existencia del edificio residencial restante en el contexto de la plaza de la Constitución durante el proceso de adquisición del mismo. Esta operación de mutualismo, donde ambos sistemas se ven beneficiados de la existencia de los mismos en el conjunto, ofrece la posibilidad de convivir con la plaza superior, así como una fácil accesibilidad sobre la nueva plaza.
La plaza y los templos haciendo uso de la estrategia de convivencia, antes narrada, hilvana entre ambos tejidos y obtiene una sinergía positiva que ayuda a trazar un planeamiento por partes o fases para Cártama. En último lugar, una vez adquiridos los inmuebles restantes, se terminará por completar la propuesta, realizando la porción de plaza remanente.